Psicología infanto-juvenil
La infancia y la adolescencia son periodos muy sensibles debido al proceso madurativo por el que pasan y a la importancia de la adquisición de habilidades emocionales y relacionales que tan importantes van a ser en su desarrollo individual y social.
¿Cómo funciona?
El trabajo terapéutico en estas edades se adapta a través fundamentalmente de técnicas no verbales y basadas en el juego, respetando ante todo el ritmo de los niños y adolescentes y facilitando así un ambiente cercano y seguro.
La participación de las familias es fundamental ya que está más que demostrado que en la medida que incluimos al entorno próximo del niño y del adolescente en el proceso terapéutico se producen cambios más rápidos y más mantenidos en el tiempo.
Tratamientos específicos
Angustia por separación.
Problemas en el sueño.
Rivalidades y celos entre hermanos.
Baja autoestima.
Inhibiciones y bloqueos.
Bajo rendimiento escolar, problemas de concentración, atención...
Dificultades en el control de los impulsos y la ira.
Dificultades para la socialización.
Ansiedad, miedos, preocupaciones.
Síntomas físicos, enuresis, somatizaciones...
Baja tolerancia a la frustración.
Duelos y separaciones.